"...Durante los últimas dos semanas, el ciclo se vuelve a repetir. Ya son casi 15 años de mi vida en que este mes, este maldito septiembre, el negro septiembre vuelve a tirarme en la lona, a obligrar mi cuerpo y alma al aislamiento y en silencio gritar por ayuda mientras no quiere contacto alguno con el resto del universo que me atraviesa y hace evidente mi materialidad.
Es confuso, todo es confuso, la vida lo es, me digo; pero no es así, solo yo lo soy, solo basta con ver que el mundo sigue allí, mis amigos con más problemas que yo siguen caminando y sonríen, si sonríen aunque se mueran de dolor por dentro. Los envidio, yo solo puedo permanecer estático en la contemplación, preguntandome cómo seguir, cómo dejar de llorar. Ellos son valientes, yo soy un cobarde.
Siempre huyo al dolor, por eso solo cargo más dolor. Es el miedo quien me gobierna y por eso no puedo seguir. No me detengo, me paralizo, huyo a mi interior, miro hacía adentro porque el afuera me oprime, suprime, derrumba. Odio sentir el mundo, pero soy parte de él y huir no es la solución..."
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