…y el tiempo se detuvo por una vez…
Un pequeño faro de luz se levanta frente a la cabaña de Juan. Vicente había decido celebrar las dos semanas junto a Juan de esta manera, siguiendo un intencionado impulso de agradecimiento y tal vez otra cosa más que aún no entendía completamente, aunque las emociones no son para entenderlas; pero le hacía sentir bienestar.
Juan lo mira sentado en la entrada de la cabaña y sonríe mientras recuerda el viaje hecho aquel día en el que Vicente empezó a superarlo en fotografía conociendo su visión del mundo,. Se sentía feliz por saber que alguien más vería el mundo con su mirada y gracias a él mismo.
Vicente lo extrae de sus pensamientos y lo lo invita a sentarse junto a él. Ya juntos comienzan a charlar, comer y beber un poco.
- Estas dos semanas han sido buenas, no esperaba que mis vacaciones duraran tanto y me la pasara tan bien- dice Vicente en un español lento y con una acento muy parecido al belga o al menos eso creía Juan.
- No ha sido nada, aunque yo debería agradecerte a ti, mi vida acá es aburrida, lo único que hace que permanezca es que no me canso de descubrir cada día la belleza en la imperfección- responde Juan
Vicente lo mira y rápidamente toma su cara y lo besa, no lo pensó, tenía que correr el riesgo.
Juan responde al beso, no entendía porque, pero le gustaba. Juan para de besarle lo mira y tomándolo de la mano lo lleva a la cabaña y estando dentro de esta sus labios, sus pieles, todo ellos empiezan a descubrirse, a sentirse y escuchar que dos corazones si pueden sonar como uno solo.
WRITTEN BY
ALICE BIRD
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