Cuando uno cree que cosas como las que suceden en películas no le pasan a uno; la vida termina mostrándonos que muchas veces en esa extraña combinación de azar, destino y tu subjetividad subjetiva todo puede ser peor.
Días atrás prediciendo lo que sucedería, miré por segunda vez en mi vida una película llamada "A Single Man", Un Hombre Soltero en español, y me sorprendí de nuevo con la agudeza de este retrato de un hombre deprimido con la muerte de su pareja, novio, amante de mucho tiempo, por no decir toda una vida. En esta lo que siempre me hizo recordarla, desde la primera vez que la vi, es el tratamiento de la imagen y como la visión del mundo de George Falconer (Colin Firth), es aquella que nos dice más sobre sus sentimientos que los gestos de este personaje.
El asunto es así, durante toda la película vemos como los colores van de un sepia melancólico en los momentos de su vida que no son más que una rutina o carecen del sentido y significado necesario que garantice sus ganas de vivir; a colores vivos y con cierta luz áurea en aquellos personajes e instantes que le recuerdan que puede haber amor después del amor, como sucede con uno de sus estudiantes Kenny Potter (Nicholas Hoult), quién en su inocente insistencia y también debo decir un poco rara, se vuelve en la luz y colores constante su vida.
¿Por qué menciono todo esto? Quizás mi carácter, mi imaginación o mi forma particular de percibir la realidad me han hecho sentir como si mi vida en los últimos cuatro meses ocurriera bajo una lente que cambia de filtro sepia a uno de colores (creo que no soy el único cuya mente compara su vida con un filme o una variada serie de referencias artísticas).
Si bien en mi caso no perdí nada o nadie de manera definitiva, la forma en que terminé la relación puede fácilmente recordar a la conversación de Lee (Casey Affleck) con Patrick (Lucas Hedges), su sobrino, en Manchester by the sea al anunciarle que lo dará en adopción porque él no puede ser su tutor tal como lo quería el padre de Patrick; o con una imagen más exacta como la de Saroo (Dev Patel) terminando o poniendo en pausa su relación con Lucy (Rooney Mara), en esta podría decir que use exactamente las mismas palabras "no puedo seguir más con esto, no puedo. Lo siento".
La depresión existente no aumento, pero mutó a algo que no puedo explicar sino es a través de esto que he llamado la "happisadness" o como dicen los portugueses "saudade" él cuál es perfectamente transliterado por la sensación que describí anteriormente. Una vez más vuelvo a ser "A Lonely Boy" (si ahora hago una referencia a Gossip Girl), la mejor definición que puede haber para las constantes ruletas rusas de mis experiencias emocionales con el resto del mundo; soy al final un chico solitario, introvertido que tiene miedo a amar.
El asunto es así, durante toda la película vemos como los colores van de un sepia melancólico en los momentos de su vida que no son más que una rutina o carecen del sentido y significado necesario que garantice sus ganas de vivir; a colores vivos y con cierta luz áurea en aquellos personajes e instantes que le recuerdan que puede haber amor después del amor, como sucede con uno de sus estudiantes Kenny Potter (Nicholas Hoult), quién en su inocente insistencia y también debo decir un poco rara, se vuelve en la luz y colores constante su vida.
¿Por qué menciono todo esto? Quizás mi carácter, mi imaginación o mi forma particular de percibir la realidad me han hecho sentir como si mi vida en los últimos cuatro meses ocurriera bajo una lente que cambia de filtro sepia a uno de colores (creo que no soy el único cuya mente compara su vida con un filme o una variada serie de referencias artísticas).
Si bien en mi caso no perdí nada o nadie de manera definitiva, la forma en que terminé la relación puede fácilmente recordar a la conversación de Lee (Casey Affleck) con Patrick (Lucas Hedges), su sobrino, en Manchester by the sea al anunciarle que lo dará en adopción porque él no puede ser su tutor tal como lo quería el padre de Patrick; o con una imagen más exacta como la de Saroo (Dev Patel) terminando o poniendo en pausa su relación con Lucy (Rooney Mara), en esta podría decir que use exactamente las mismas palabras "no puedo seguir más con esto, no puedo. Lo siento".
La depresión existente no aumento, pero mutó a algo que no puedo explicar sino es a través de esto que he llamado la "happisadness" o como dicen los portugueses "saudade" él cuál es perfectamente transliterado por la sensación que describí anteriormente. Una vez más vuelvo a ser "A Lonely Boy" (si ahora hago una referencia a Gossip Girl), la mejor definición que puede haber para las constantes ruletas rusas de mis experiencias emocionales con el resto del mundo; soy al final un chico solitario, introvertido que tiene miedo a amar.
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